Cada vez más aficionados a la jardinería optan por poner plantas bulbosas en su jardín, terraza o, incluso, en el interior de su hogar como por ejemplo el narciso, el tulipán o el jacinto. Las bulbosas son unas variedades de plantas herbáceas y de hoja perenne que en sus peores meses (verano o invierno, según la especie) sobreviven gracias al tallo que mantienen bajo tierra: el bulbo. La mayoría de ellas tienen en común sus espectaculares flores.
Te explicamos cuales son las principales técnicas de cultivo de estos bulbos. Empezaremos por tener en cuenta que su plantación depende de su época de floración: las que sacan sus flores en primavera hay que plantarlas en octubre y noviembre (como el tulipán, el lirio y el narciso) y las que florecen en verano u otoño se plantan entre los meses de marzo y mayo. Hablamos, por ejemplo, del gladiolo, la dalia y el nardo.
También es importante tener en cuenta el sustrato donde vas a plantar los bulbos. Procura que tenga un buen drenaje y que tenga una textura arenosa. Lo mejor para que crezcan bien es que las sitúes en un sitio soleado. Para hacer la plantación necesitarás una pala de mano y una azada con la que remover la tierra.
Con estas ideas claras, lo primero que debes hacer es asegurarte de que compras bulbos en buen estado: comprueba que sean duros y que no tengan golpes ni agujeros. Luego labra la tierra para que quede mullida y plántalos directamente cuidando la distancia entre unos y otros según su tamaño y su profundidad, que debe ser como mínimo el doble de su tamaño. Ten en cuenta que el punto de brotación debe quedar hacía arriba. Acaba regando los bulbos con moderación.
