5 pasos para Iniciarse en un huerto urbano

5 pasos huerto urbano

La jardinería no sólo significa la creación de jardines ornamentales, la tarea de plantar tiene muchos beneficios entre los cuáles destacamos los mentales: relaja, desestresa, cura e incluso nos abre la mente. Sin embargo, al poder de las flores le podemos unir otras cualidades: si nos permite ahorrar, ser ecológicos, comer mejor, divertirnos y aprender a ser sostenibles, de lo que hablamos es de un huerto ecológico.

Un huerto ecológico es una manera de aprender a comer con sabores reales y menos toxicidad y a ser responsables con lo que comemos y además es una actividad divertida y enriquecedora que, de hecho, engancha.

1.Así que el paso número uno en vuestra aventura hortícula es elegir sitio.

No os preocupéis si sois de los que tienen problemas para mantener con vida sus plantitas o si no tenéis espacio, se puede empezar poco a poco: un pequeño balcón o una ventana con espacio para macetas es suficiente para que os pique el gusanillo. Eso sí, necesitaréis que os de un poco de sol. Nuestro consejo para empezar es que, contando con luz empecéis con un tiesto, y tomates cherry. Si tenéis poca ‘iluminación natural directa’ frutas del bosque’

De esta manera vivir en la ciudad no tiene porque convertirnos en seres fríos y alejados de su propia naturaleza, Un huerto ecológico puede ser urbano, ya que en ciudades como Madrid o Barcelona, tanto si tenéis una terraza como si no, hay espacio para alquilar dentro de la o a las afueras donde sembrar más a vuestras anchas, cuando ya tengáis algo de práctica preferiblemente.

2. Tomárnoslo con calma, ya que el huerto fructifica con tiempo, practica y atención.

Esta tarea tiene muchas ventajas como obtener alimentos buenos, baratos y sanos, no contaminar, hacer ejercicio y aumentar nuestra relajación y bienestar, pero no os equivoquéis el huerto pide cuidado continuo, razón por la que quienes de verdad no están interesados decaen a los meses. Tenerlo en casa impide en gran medida que esto pase, pero desde luego se trata de una labor de nuestra actitud y voluntad, todo lo bueno implica un sacrificio. Así que tomároslo con calma y imponeros una disciplina si tenéis que moveros a una parcela urbana o si no dejadlo en vuestra casa.

Por otro lado el huerto pide un aprendizaje y se ve afectado por circunstancias externas, no es llegar y besar el santo. Puede que haya semillas que no crezcan, plantas que se mueran o que el tiempo no permita a una siembra llegar a buen puerto. Eso no debe haceros abandonar, pronto aprenderéis que se os da bien y como luchar contra las pequeñas adversidad y vuestros errores.

Por otro lado, crecer y obtener frutos, recordad, implica una espera necesaria.

3. Siempre poco a poco y con verduras y frutas de temporada
Aunque hay alimentos como los tomates que se pueden plantar casi todo el año, la verdadera comida sana es la de temporada, la que crece mejor y más rápido.

4. Informaros bien: existen miles de comunidades concienciadas y apasionadas del huerto que os ayudarán vía online o de forma presencial si acudís a huertos urbanos compartidos.
Todo lo podéis hacer vosotros mismos a medida que aprendáis, desde las macetas y mesas de cultivo, con materiales reciclados como cajas de maderas, cajones rotos o palets, hasta el mismo compost. No se trata este de un mero empeño ecológico, es que además nos ayuda a ahorrar y, os aseguramos, mejora la autoestima.

5. El huerto es social

No sólo podéis descubrir el placer de cosechar lo que sembréis (¿cuántas veces en esta vida podéis decir esto?), sino que dejaréis los problemas atrás, entraréis en un nuevo modelo de vida sana, el de ciudadanos 0.0, y, lo mejor, podéis divertiros con amigos que se unan al grupo o reuniros con gente que comparta este afán. También podéis practicar ‘huerting’ con la familia, no sólo pasaréis un buen rato, es una lección perfecta para los más peques que aprenderán sobre las frutas y verduras, se sentirán útiles e independientes al contribuir en este proceso, serán más responsables y ecológicos y, para que mentir, les permitirá jugar con el barro de forma ‘permitida’.

Para que esto sea más animado llevaros música y un tentempié. En verano, con unos refrescos o cervezas y un aperitivo el huerto resulta un plan genial. Échale un vistazo a la iniciativa que ha llevado a cabo San Miguel.

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